miércoles, 23 de noviembre de 2011

El discurso


El discurso es una serie de palabras y frases para decir lo que se piensa de un tema, el discurso es un tema que es de llamar la atención pues se vale de muchas materias y disciplinas.

Para un buen discurso es necesario conocer de literatura, de historia, de lingüística, de filosofía, de argumentación y claro de la retórica.
Cuando alguien expone ante un auditorio en su modalidad de dar un discurso y expresar sus ideas ante los demás, lo mas importante es influir en los escuchas, pues de lo que se trata es de que nuestras ideas sean tomadas por los demás y las hagan suyas, pues como sabemos las ideas no son de nadie, solo son simples pensamientos que viajan por el mundo y cada quien toma lo mas importante de cada una y las hace suyas; aquí es donde entra la retórica, pues como es bien sabido por todos, la retórica no es lo que conocemos actualmente, que la política se ha encargado de desvirtuar y debido a esta repulsa que siente la gente por la palabra retórica es que se ha ido perdiendo y se ha preferido el uso de la argumentación.
Si bien es cierto que guardan pequeñas confrontaciones y divergencias, la retórica es la madre de la argumentación y una retórica bien usada es la clave para dominar al auditorio.
Lo que debemos entender por retórica, es el arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover. Lo que separa a la retórica de ala argumentación es, que la retórica se pude valer de cualquier cosa para persuadir e influir en los demás.

¿pero acaso cuando decimos algo, no buscamos que los demás apoyen nuestro punto de vista?
Es por esto que considero a la retórica clásica y no la palabra desvirtuada que conocemos en la actualidad, como la clave para un buen discurso, donde “encantemos” al auditorio, como si se tratase de un flautista domador de serpientes, poseer al auditorio y echárnoslo a la bolsa con medios persuasivos implícitos en nuestro discurso.
Quien da un discurso, no puede quedarse con las manos en la bolsa o con poco movimiento, por que hará que los demás piensen que se encuentra nervios, o harán suponer al auditorio que tiene flojera o lo peor, que el expositor no es bueno y no tiene experiencia.
Por lo anterior debemos tener pequeños movimientos corporales, exclamaciones van de la mano con la expresión corporal, aunque no debemos de caer en la exageración y caer en el extremo de aquel expositor que mientras hablaba de el filósofo griego Platón y para ejemplificarlo con su expresión corporal hizo referencia a un gran plato como si fuera el objeto de una vajilla y no un filósofo.

La expresión escrita es una pieza que muchas veces está presente en el decurso pues es la forma de expresar nuestras ideas o pensamientos de forma ordenada a través del papel. Se deben cuidar muchos aspectos fundamentales al momento de escribir, pues nuestras ideas quedarán plasmadas y pude ser que perduren a través de los tiempos.
Si podemos estar frente a un auditorio durante 7 horas sin usar recursos como la expresión escrita, seremos un tipo de Fidel Castro, quien no usa apoyo de la expresión escrita, y los resultados pueden ser los que conocemos, que la gente se duerme o se desmaya, pues la mayoría de sus discursos son pronunciados a las 12 del día ante una gran multitud.
Por eso es necesario que los discursos solo contengan lo necesario, lo que se debe decir en ese momento son añadiduras que no vengan al caso, todo la anterior para tener cautivado al público y no perderlos.

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